domingo, 21 de diciembre de 2008

Viaje a Bélgica – Parte III (final)

Nuestro cuarto y último día en Bélgica lo pasamos en Bruselas. Estuvimos en plan tranquilo desfrutando la ciudad en un día de menos turistas (lunes), paseando por las calles y sacando muchas fotos.

Pasamos otras muchas veces por la Gran Place, sacamos más fotos con el Mannenken-Pis, comimos otro Waffle (el mío era de chocolate con nueces - ¡estupendo!), visitamos la tienda oficial del Tintín y compramos regalitos típicos (mucho chocolate, un abridor de botella en forma del niño haciendo pis, postales para enviar a la familia, etc).

Yo no podría salir de Bélgica sin comer los típicos mejillones con patatas fritas (los “moules-frites”), entonces los amigos no han recomendado una calle estrechita, pero llena de restaurantes de mariscos. La “Rue de Bouchers Beenhouwersstraat” es bastante más pequeña de lo que sugiere el nombre, pero considero una parada obligatoria para conocer la culinaria típica Belga. Hay diversos restaurantes que decoran sus escaparates con mariscos frescos, flores y hielos, dignos de foto. Además, hay menús desde 10€, y yo me tomé de primero una sopa de mariscos, y de segundo los “moules-frites”: una cazuela inmensa llena de mejillones riquísimos, que me los comí con muchas ganas.
Después de comer, cogimos el tren hasta el aeropuerto de Bruselas, e hicimos tiempo hasta coger el avión.

Nos lo pasamos muy bien en este viaje, a pesar del frío. Gastamos poco dinero y nos divertimos, reencontramos los amigos, conocimos nuevos sitios y hicimos muy buenas fotos. Hablando de fotos… dicen que una imagen vale más que mil palabras, ¿no? Pues entonces comparto unas imágenes-recuerdos de Bélgica.

¡Bélgica huele a gofres y a chocolate!
Hay más de 500 tipos de cerveza fabricadas por los monjes en el país.
Si eres hombre y te entran las ganas de hacer pis por la calle, no te apañes. Eso sí, si no buscas mucha privacidad…
¿Quién dijo que los perros no merecen ser tratados como gente?
Y ya está - por lo menos de momento...

viernes, 19 de diciembre de 2008

Viaje a Bélgica – Parte II

Nuestro tercer día en Bélgica lo hemos pasado en Bruselas. Cogimos un tren de Louvaine a Bruselas (15 minutos) y bajamos en la Estación Central. Nada más salir de la estación cogimos uno de estos autobuses turísticos que por 15€ te llevan por los puntos turísticos principales de la ciudad. La verdad es que hemos cogido autobuses similares en otros sitios y ha sido una experiencia muy buena (en Paris y Barcelona, por ejemplo), pero en Bruselas fue un poco de perdida de dinero. El autobús turístico nos ha valido únicamente para llevarnos al Atomium, que está algo alejado del centro, y para recoger la parte de los edificios oficiales, pero esto se puede hacer en transporte público, y seguro que saldría bastante más barato.
Pasamos por la Iglesia de San Michel (que se parece a Notre Dame, y es dónde de casan los miembros de la Familia Real), La Bolsa (me acordó el Panteón) y el Palacio Real (que lleva la bandera del país puesta cuando el reye está en la ciudad).

Bajamos en el centro, y caminamos por la Grand Place, la plaza principal de la ciudad, con bonitos y antiguos edificios y llenísima de gente. Un par de días a cada dos años se montan tapices de flores en el medio de la plaza y, según he visto en las postales y en la guía que hemos comprado, es muy bonito. Pero lo que hemos visto el en centro de la plaza fue un inmenso árbol de navidad, muchos turistas haciendo fotos y una curiosa estructura de altavoces, que emitía sonidos de pájaros y animales de la floresta y era muy agradable (mi amiga que vive allí dijo que a cada año cambian el tema de los sonidos, y que el de este año se llamaba “Viaje a la Floresta” o algo parecido).
Nos fuimos a ver el Manneken-Pis, la famosa estatua de un niño desnudo haciendo pis (que se nos meo encima, por cierto…) y las calles del centro, llenas de tiendas de chocolates con vitrinas muy tentadoras…

Antes de comer, tomamos la acertada decisión de visitar el Museo de Instrumentos Musicales. ¡Lo pasé genial! Son más de 6.000 instrumentos de distintos tipos y épocas distribuidos en más de seis plantas de un edificio moderno. Pero lo mejor es que al entrar de dejan cascos, y cuando te aceras a los instrumentos el sonido se activa, y puedes escuchar músicas tocadas por los instrumentos que estás mirando. ¡Una pasada! 5€ muy bien invertidos.
Comimos un plato enorme de patatas fritas o “frites” (es que las patatas fritas son típicas de allí, y casi todos los platos vienen acompañados de ellas) con salchichas, un pincho de pollo y ensalada. Demos una vueltecita más por el centro, y cogimos el tren de vuelta a Louvaine.
Paramos en un restaurante para probar una cerveza que fabrican allí, pero solamente desde noviembre a febrero, o sea, algo muy especial. Se llamaba Domus, como el restaurante, y estaba buenísima. A la vuelta a casa, cena, charlas, y camita…

jueves, 18 de diciembre de 2008

Viaje a Bélgica – Parte I

Pues nada, eso de las 15:30 llegamos al aeropuerto de Bruselas, pues el vuelo de Brussels Airlines salió de Madrid con casi 1 hora de retraso. A mí no me gusta volar, me pongo un poco tensa, pero nada que un buen libro y una sonrisa de mi novio en momentos de turbulencia no puedan superar.

Cogimos el tren hasta Lovaina (tardamos 15 minutos) y mis amigos de Brasil nos fueran a recoger en la estación. Dejamos las maletas en casa y nos fuimos aprovechar lo que quedaba de luz conociendo un mercadillo de Navidad, pero solamente nos ha dado tiempo a comer un gofre (claro, ir a Bélgica y no tomar gofres, o waffles, como le llaman allí, es imposible…). Volvimos a casa y estuvimos horas y horas charlando, picando y vaciando las botellas de vino español que hemos regalado a los anfitriones.

Ha hecho mucho frío durante todo el viaje, pero por lo menos no ha llovido ni nevado, como apuntaba anteriormente la previsión del tiempo. Un día fui sonreír para sacar una foto y me ha dolido el diente de tanto frío… No sé cuantos grados hacía, porque no encontré ningún termómetro en la ciudad, pero hacia bastante frío.

No segundo día, aceptamos la sugerencia de los anfitriones y nos quedamos en Louvaina, que es una ciudad universitaria muy agradable, bonita y animada. Paseamos por el centro, conocimos mercadillos y tiendas, la biblioteca de la Universidad, y estuvimos unas 3 horas en una cervecería (en Bélgica hay más de 500 tipos de cerveza, así que hay que dedicar tiempo a probarlas…). Paseamos un poco más por las calles sacando fotos, charlando y desfrutando de los adornos de navidad. Tuvimos la compañia de otra amiga de Brasil que también vive en Bélgica, en Zoersel, y que vino especialmente a pasar el día con nosotros. Después demos una vuelta muy gastronómica al mercadillo de navidad (nos daban pruebas de quesos, chocolates, etc, y yo, claro, probé e todo). Cuando ya se hizo casi noche, nos fuimos a casa preparar una comida – cena típica de Brasil que hacía muchísimo que no tomaba: se llama “Bobó de Camarao” (una especie de guiso echa de gambas, cilantro, cebolla y yuca que se toma con arroz - ¡divino!). Eso, claro, acompañado de mucha cerveza Belga…
Nos acostamos contentos y con frío…

viernes, 12 de diciembre de 2008

¡Rumbo a Bélgica!

No puedo entretenerme mucho… En pocas horas saldrá nuestro avión rumbo a Bélgica… Qué bien, ¿no?

Pillé dos días libres en el trabajo (viernes y lunes), y pasaremos cuatro días “casi enteros” en Bélgica… La verdad es que mi novio y yo llevamos tiempo planeando una escapada a Bélgica, y ahora nos ha sido posible. El echo de tener dos amigas de Brasil (¡de mi ciudad!) viviendo en el país fue un punto más a favor de irse a Bélgica…
Seguro que pasaremos mucho frío allí: le previsión apunta temperaturas entre -1 y + 3 grados, con posibilidad de nieve y de lluvia… Ya llenamos la maleta de abrigos, pantis, gorras y guantes… Espero que mi temporada en Irlanda me haya cambiado en una persona más resistente al frío…

Mi novio se encargó de imprimir algunas guías de Bélgica, a las cuales echamos un vistazo rápido. La idea es pasar el sábado en Bruselas, conocer la ciudad, y por la noche decidir si el domingo seguimos en Bruselas o si nos vamos a Brujas (que todos dicen que es muy bonita y que merece la pena conocer). Como estaremos allí con personas que conocen la ciudad, “nos dejaremos llevar”, y decidiremos sobre la marcha…
Estoy animada… Aunque montar en un avión no me haga demasiadas ilusiones, voy preparada para pasar el rato de la mejor manera posible: llevo mi Ipod y un libro que estoy leendo, así que las 2h y media de vuela “se me pasaran volando”…

Tengo que irme… El avión no espera… ¡Hasta la vista!

miércoles, 10 de diciembre de 2008

Viajando a través de los libros

Hace unos días me comentó mi primo que yo viajo mucho, y mi respuesta fue: “Viajo sí, pero menos de lo que me gustaría”. La verdad es que “cambiar de aires” y conocer nuevos sitios y culturas me encanta, pero como ni siempre es posible hacer la maleta y salir por el mundo, yo me lo hago a mi manera. Y leer libros es una buena opción.

Ya lo sé: estar “en persona” en un sitio y tener tu propia experiencia allí no tiene precio, pero cuando yo leo un buen libro que se pasa en una ciudad o país interesante, es casi como si yo me transportara al sitio en cuestión y hiciera mi propio viaje…

Hace poco me he leído “Todo Bajo el Cielo”, de Mathilde Asensi. La historia, que es bastante entretenida y curiosa, se pasa en China. La autora, mientras nos cuenta la historia, añade detalles sobre la cultura, las personas, los olores, comidas y hábitos de los habitantes de distintas provincias del país. Y, como el personaje principal es español nacido en Madrid, también aparecen comparaciones entre las ciudades y culturas. En general el libro me gustó bastante, al final ya estaba un poco cansada de la historia (habían muchísimos detalles), pero seguí hasta el final y mereció la pena.

También me he leído “Notes from a Small Island”, de Bill Bryson. El autor,
americano, vivió en Reino Unido por muchos años, se casó, tubo hijos y volvió a los
EEUU. Años después, regresa al The United Kingdom, y comparte con el lector su visión muy peculiar de las ciudades, comidas, hábitos y de la cultura en general. Con mucha critica y buen humor, Bill pasea por diversas ciudades y pueblos ingleses. Hubo partes del libro que me han acordado mucho mi temporada en Irlanda, así que me gustó mucho, pero como no conocía la mayoría de los sitios mencionados, a veces me sentía perdida y sin comprender del todo sus comentarios.

No cambio un buen viaje por nada. Pero si el viaje tiene que ser imaginario, a través de un libro… oye, ¿por qué no?

lunes, 1 de diciembre de 2008

Día Mundial de Lucha contra el SIDA

Hoy es un día especial. No solamente porque es el cumpleaños de mi hermana, pero también porque es el Día Mundial de Lucha contra el SIDA, y este tema me toca mucho.

Cuando vivía en Brasil, trabajé durante más de tres años como voluntaria en el Hospital Universitario de mi ciudad tratando directamente con personas infectadas por el virus VIH o enfermas de SIDA (hay una gran diferencia entre las dos cosas, porque la persona puede ser portadora del virus VIH pero no haber desarrollada la enfermedad).

Total: tuve la oportunidad de conocer gente maravillosa allí, compartir sus historias, sus cambios, sus vidas y sus muertes. Si, porque hablar del SIDA es hablar de vida pero también de muerte.
Dentro de las muchas actividades que hacíamos con los pacientes, estaba la clase de pintura. A través de los cuadros, brochas, tintas y garabatos, la gente manifestaba sus miedos, sus dolores, y también sus secretos y cosas de las cuales se sentían orgullosos. El día 1 de diciembre era el día de la gran exposición de pintura: exponíamos los cuadros en una galería de arte, y las obras estaban a la venta, sendo el dinero arrecadado revertido para el propio proyecto. Era genial acompañar el desarrollo personal de cada uno de los “artistas” a lo largo del año en las clases, y ver sus “momentos de gloria” durante la exposición, aunque anónimos entre los visitantes, porque el VIH todavía está repleto de prejuicios y discriminación.
A cualquier sitio a que viaje yo o me vaya a vivir llevaré esta causa de la prevención del VIH y de la atención con cualidad a las personas enfermas en un espacio muy especial en mi maleta.


!Un saludo fuerte a todos aquellos que, de modo oficial o anónimo, en instituciones o entre amigos, muchas o pocas veces han contribuido para disminuir el número de afectado por el SIDA en el mundo!