jueves, 18 de diciembre de 2008

Viaje a Bélgica – Parte I

Pues nada, eso de las 15:30 llegamos al aeropuerto de Bruselas, pues el vuelo de Brussels Airlines salió de Madrid con casi 1 hora de retraso. A mí no me gusta volar, me pongo un poco tensa, pero nada que un buen libro y una sonrisa de mi novio en momentos de turbulencia no puedan superar.

Cogimos el tren hasta Lovaina (tardamos 15 minutos) y mis amigos de Brasil nos fueran a recoger en la estación. Dejamos las maletas en casa y nos fuimos aprovechar lo que quedaba de luz conociendo un mercadillo de Navidad, pero solamente nos ha dado tiempo a comer un gofre (claro, ir a Bélgica y no tomar gofres, o waffles, como le llaman allí, es imposible…). Volvimos a casa y estuvimos horas y horas charlando, picando y vaciando las botellas de vino español que hemos regalado a los anfitriones.

Ha hecho mucho frío durante todo el viaje, pero por lo menos no ha llovido ni nevado, como apuntaba anteriormente la previsión del tiempo. Un día fui sonreír para sacar una foto y me ha dolido el diente de tanto frío… No sé cuantos grados hacía, porque no encontré ningún termómetro en la ciudad, pero hacia bastante frío.

No segundo día, aceptamos la sugerencia de los anfitriones y nos quedamos en Louvaina, que es una ciudad universitaria muy agradable, bonita y animada. Paseamos por el centro, conocimos mercadillos y tiendas, la biblioteca de la Universidad, y estuvimos unas 3 horas en una cervecería (en Bélgica hay más de 500 tipos de cerveza, así que hay que dedicar tiempo a probarlas…). Paseamos un poco más por las calles sacando fotos, charlando y desfrutando de los adornos de navidad. Tuvimos la compañia de otra amiga de Brasil que también vive en Bélgica, en Zoersel, y que vino especialmente a pasar el día con nosotros. Después demos una vuelta muy gastronómica al mercadillo de navidad (nos daban pruebas de quesos, chocolates, etc, y yo, claro, probé e todo). Cuando ya se hizo casi noche, nos fuimos a casa preparar una comida – cena típica de Brasil que hacía muchísimo que no tomaba: se llama “Bobó de Camarao” (una especie de guiso echa de gambas, cilantro, cebolla y yuca que se toma con arroz - ¡divino!). Eso, claro, acompañado de mucha cerveza Belga…
Nos acostamos contentos y con frío…

No hay comentarios: