miércoles, 29 de julio de 2009

Típicamente Irlandés

Hay muchas cosas que identifican a un país, a una cultura y su gente. Son las típicas cosas, sitios o frases echas que uno asocia casi automáticamente a un lugar. Irlanda tiene, como todos los países, muchas cosas que so “solamente suyas” – o que, por lo menos, son muy, pero muy características de esta isla verde.

Desde mi experiencia en aquel país, Irlanda es sinónimo de muchas cosas buenas, curiosas y particulares. Y, como una imagen (o una foto, ¿por qué no?) vale más que mil palabras, comparto algunas fotos sacadas en mi último viaje al país del idioma Gaélico…

Lluvia y sol en el mismo día (y varias veces durante el día)
Tienda de regalos “para guiris”
Guinness Iglesia en estilo gótico
Leche en la puerta de las casas – el camión deja la leche por la mañana en la puerta de las casas, y la leche sigue allí, hasta que su dueño (y nadie más) la recoja.
La educación y formalidad – la versión Irlandesa del típico cartel de “Prohibido fumar”
Coche de helados
Castillos, castillos y más castillos.Irlanda es mucho más que eso. Pero hay cosas que ni miles de fotos pueden captar. Hay que estar allí para vivirlo, sentirlo y desfrutarlo. Lo digo por experiencia propria…

martes, 28 de julio de 2009

Vuelta a Irlanda – Parte II

Un domingo de sol en Irlanda es algo que no pasa siempre, así que empecé mi día contenta. El sol ha estimulado mis recuerdos de Irlanda: las tiendas que solamente hay aquí, las comidas y bebidas que echo de menos (como el blackcurrant, un restaurante indio que me encanta y el scone – un pan con pasas muy típico), las personas que siguen viviendo aquí y que todavía no las he visto, y otras que ya están en otras ciudades o países…

Cómo hacía buen tiempo, me han invitado a conocer un mercadillo al aire libre. Estuvimos por allí, pero no me he comprado nada – mi límite de 10kg en el equipaje, para no tener que facturarlo, no me permitía hacer casi ninguna compra… Luego tomamos un bocata típicamente español, y de postre (¿por qué no?) una Guinness con blackcurrant en un pub – ya sé que la “manera correcta” de saborear una Guinness es tomarla pura, pero me resulta muy amarga…
El tiempo que ha hecho no podría ser más Irlandés: sol, lluvia, viento, calorcito, y más lluvia, luego todo otra vez a lo largo del mismo día. Una amiga de Brasil que vino a verme en Kilkenny el lunes ha compartido conmigo la visión más positiva del tiempo en Irlanda que yo he conocido hasta hoy. Ella comentaba qué, con tantos cambios en el mismo día, el tiempo siempre la sorprendía, y que así no se aburría nunca. Lo que me sorprende es su capacidad de sacar el lado bueno de un tiempo tan raro…

Esta noche, después de un paseíto por el centro y charla con las amigas, cenamos en un restaurante indio que me encanta – tenía muchas ganas de volver allí y comer mi plato indio favorito: Jhinga Masala (gambas con una salsa de tomate y leche de coco buenísima). Luego seguimos con charlas y juegos en la casa de una amiga, hasta tarde de la noche.
El lunes he hecho de guía turística en Kilkenny con mi amiga de Brasil - ¡y mira que hacía unos 6 años que no la veía! Charlamos mucho, reímos, sacamos fotos, paseamos y pasamos muy bien. Por la tarde-noche, quedamos en un pub para despedirme de mis amigas de la ciudad y seguí con la Brasileña a su ciudad – Drogheda, a 56km al norte de Dublin.

Ella está de Au Pair y vive en una casa inmensa que más se parece a un castillo. Pasamos el martes entre jugar con las niñas a las que cuida ella, pasear en coche por la ciudad, comer en un centro comercial, ir al supermercado y, claro, hablar mucho. Luego he cogido el bus para el aeropuerto de Dublin y, depués de pagar 40€ a Rayanair por el simple echo de no haber impreso la hoja del check in on line (¡¡¡sin comentarios!!!), me monté en el avión y he hecho un viaje tranquilo y agradable.Ya tengo varias invitaciones para volver a Kilkenny, y la verdad es que ya hecho de menos a la gente de allí. Apunto en mi lista de “viajes pendientes” mi nuevo retorno a Irlanda…

lunes, 27 de julio de 2009

Vuelta a Irlanda – Parte I

Después de 1 año y 4 meses, la verdad es que ya echaba de menos Irlanda, este país que tan bien me había recibido. Algunas cosas como la lluvia, el frío y el mal tiempo nos los he añorado demasiado. Pero otras sí: los amigos que dejé allí, pasear por las mismas calles y tiendas otra vez, hablar-escuchar-leer-“respirar” en inglés y aventurarme por aquél país.
Mi viaje empezó de manera, como mínimo, original: he pasado mi primera noche en el aeropuerto de Dublin… Por un despiste, no había caído en que todavía tenía el horario Español (que es una hora más que en Irlanda), y creí que había perdido el bus a Kilkenny. Al final lo he perdido, no porque el avión haya llegado tarde, sino porque tardé un rato en enterarme de que yo estaba una hora adelantada…

Bueno, no he sido la única en dormir en el aeropuerto – las pocas sillas que había estaban casi todas ocupadas, y quitando el ruido constante de la escalera mecánica (que a cada 2x3 hacía un pitido irritante) y la falta de costumbre de compartir una silla con la maleta, no lo he pasado del todo mal, y pude dormir a trozos…

La mañana siguiente, sábado, a las 6:15, cogí en autobús a mi ciudad destino. El “veranito” se hacía notar: 11 grados, con niebla y muchas nubes (y eso que en Madrid en la tarde anterior había 37 grados de temperatura…).Fue muy especial volver a Kilkenny y ver las mismas calles, bares y sitios… Bajé del bus y fui caminando hasta la casa en que he vivido, y estuve con la familia, volví a ver a algunos vecinos, y me lo pasé muy bien. Luego me fui a casa de una amiga española (otra típica casa irlandesa, con dos plantas, jardín atrás y sin muro) y estuvimos charlando y comiendo. Nos visitó otra amiga española, eché una “mini-siesta” y salimos a cenar a casa de una amiga alemana; un piso fantástico, con vistas preciosas al castillo. Lo pasé muy bien.
La ciudad, en general, sigue igual, pero la gente ha cambiado. Hay personas nuevas, historias y temas distintos, y el inmenso grupo de extranjeros que se reunía una vez a la semana siempre en el mismo pub ya no se reúne más… Sé que yo también he cambiado, pero de cualquier manera la sensación de volver es genial…

jueves, 9 de julio de 2009

San Fermín

¿Qué es lo que motiva una persona a arriesgarse corriendo delante de unos toros en medio a una multitud de gente? La verdad es que no estoy segura de la respuesta, pero me imagino que será algo como la adrenalina que la situación genera, la voluntad de poner a prueba sus propios limites y ganas de pasar un rato de manera divertida y poco convencional. Aunque yo considero todo eso, veo lo del encierro de San Fermín como una cosa sin mucho sentido.La fiesta celebrada en Pamplona en honor a San Fermín es bastante famosa. Me acuerdo que, antes de venirme a España, mi primo me ha comentado que se tiró toda la noche despierto, esperando con ansiedad al momento del encierro, pero que todo fue tan rápido que no le ha dado tiempo de sacar ni una sola foto. Y no es para menos: se recoge los poco más de 800 metros en cerca de 2 ó 3 minutos. Este es el tiempo que tienen miles de personas (entre turistas, personas disfrazadas y corredores profesionales) para coger detrás, delante y al lado de los 6 ó 8 toros hasta llegar a la Plaza de Toros.

Yo no soy una experta en el tema ni mucho menos. Tampoco soy una aficiona a los encierros. Pero la verdad es que esta semana he madrugado todas las mañanas para acompañar al cántico que anteceden a los encierros, y luego asistir a la carrera. Y algunos días me he pillado a mi misma cantando “A San Fermín pedimos por ser nuestro patrón, nos guíe en el encierro, dándonos tu bendición”…

Veo a todo este evento con una mezcla de curiosidad, miedo y morbo. Por la lógica, no alcanzo comprender lo que motiva tanta gente a venir desde otras ciudades o países para correr junto a los toros. Además, lo que algunos clasifican como divertido tiene también mucho riesgo, y puede ocasionar consecuencias y secuela graves. Pero si racionalmente yo misma tengo claro estos conceptos, ¿por que no me quedo un ratito más en la cama en las mañanas del 6 al 14 de julio, al envés de encender la tele?

De todas maneras, espero que los corredores salgan lo más ilesos posible de los encierros y que lo desfruten. Por que yo también desfruto vendo el encierro por la tele… aunque no sepa muy bien el por que…

lunes, 6 de julio de 2009

Viaje a Calpe

¡Ya no aguantaba más sin playa! Para una persona que, cómo yo, he vivido hasta mis 26 años en una isla en Brasil, la playa si que me hace falta. Y qué contenta me he puesto hace 15 días, cuando fui por primera vez este año a la playa...

Me fui con dos amigas del Master y una amiga de ellas a Calpe, en Alicante. El viaje en coche, que en teoría duraría unas 4 horitas, se ha extendido a 6, pero lo hemos pasado bien hablando, cantando y jugando al “password”. Yo además eché una cabezadita de vez en cuando…

La playa de Calpe me gustó mucho – y mira que yo tengo bastante “know-how” en términos de playa… El tiempo estaba estupendo y a playa estaba llena (pero no a punto de molestarse y tener que pelearse por un pequeño espacio en la arena). El agua estaba limpia, y el piso dónde nos quedamos estaba a menos de 5 minutos caminando de la playa.Las cartas de los restaurantes estaban casi todas en inglés o en alemán en función de los “guiris” que se hacían notar por allí. Me llamó la atención un cartel en un restaurante con fotos de los platos que servía allí. Se veía el típico desayuno inglés (o irlandés, porque los dos tienen casi los mismos ingredientes) con huevos, bacon y salchicha y también tostadas con judías y salsa de tomate (baked beans).Hemos comido muy bien en un restaurante que estaba en el paseo marítimo a pocos minutos caminando desde la arena, y hemos pedido la típica “Paella Valenciana”.La verdad es que no debería quejarme…Mi única queja es en relación al poco tiempo que nos quedamos allí. El sábado y parte del domingo no fueran suficientes para pasear por el puerto, subir el Peñón de Ifach, conocer las demás playas de la zona y a tomar más horchata (solamente nos ha dado tiempo de tomar un vaso de horchata, y ya de camino de vuelta a Madrid). Ah, y por supuesto, nos faltó más tiempo para tomar el sol…Yo recomiendo este plan sencillo y relativamente barato a todos: cogerse un finde, aunque no estés de vacaciones, y hacer una escapada a Calpe. Si puedes tener por compañía a personas animadas como yo he tenido, mejor todavía. Incluya la cámara de fotos, protector solar y disposición para pasarlo bien. Después toca mantener el bronceado en las piscinas de Madrid, hasta la oportunidad de hacer otra escapada a la playa…