jueves, 15 de abril de 2010

Semana Santa en Munich – Alemania – Día 2

Sábado de sol y calor. Y nada mejor que un clima así para seguir “pateando” por la ciudad… Después de desayuno (pan con salchicha y mostaza, como en el día anterior), fuimos en tranvía al Palacio de Nymphenburg, antigua residencia de soberanos de Baviera.

El sitio es muy bonito, lleno de lagos, fuentes y con un jardín inmenso. Se puede visitar el palacio, pero nosotros lo hemos admirado desde fuera.

Cogimos nuevamente el tranvía en dirección al centro de Munich, y durante el trayecto nos entreteníamos con los perros que estaban montados también en el tren. Lo perros, tanto grandes como pequeños, son bienvenidos en casi todos los sitios en la ciudad (en las cafeterías incluso se les pone un platito con agua…).

Los únicos sitio que los perros no pueden entrar son las farmacias y las panaderías, pero eso se arregla poniendo un “aparcamiento” de perros justo al lado de la puerta de entrada (como ese de la foto). La verdad es que fue el único “aparcamiento” que hemos visto, pero estoy casi segura que habrá alguno más…

Llegamos al Viktualienmarkt, el mercado de frutas y verduras más grande de allí, que estaba bastante lleno (especialmente porque no estaba abierto el día anterior ni estaría el siguiente, ambos festivos).

Había muchísima gente comiendo y bebiendo, niños, perros, varios puestos de salchichas, fish and chips, flores, verduras y bebidas.

El ambiente era movido y agradable, y me tiré allí un buen rato mirando a las personas, sacando fotos y desfrutando. Luego, claro, hemos comida otra salchicha con pan y mostaza en el mercado, para no perder la costumbre…


El siguiente destino fue el Olympiazentrum, el parque olímpico dónde se han celebrado los Juegos Olímpicos en 1972. El sitio es bastante amplio, y la verdad es que se parece mucho a cualquier parque olímpico (el de Barcelona, en España, por ejemplo): los edificios, cuadras deportivas, etc, y poco más. Vamos, que no me ha ilusionado especialmente, ni tampoco me apetecía caminar para ver todas las instalaciones. Nos sentamos cerca de dos lagos, que era dónde había más movimiento (niños, adultos, perros, música, puestos de comida y bebida, por supuesto).

Volvimos al centro y, como todos los turistas que van por primera vez a Munich, nos paramos delante del Reloj cu-cu en Marienplatz para ver el baile de los muñecos al son de una música (que se puede ver todos los días a las 11h, 12h y 17h). Éramos muchos los que mirábamos hacía arriba con las cámaras de fotos en manos…

Después, nos quedamos en la primera planta de un café en Marienplatz con una vista estupenda. No descuidamos el lado gastronomito: pedimos una Apfelstrudel, la famosa tarta de manzana alemán. A mí no me gusta especialmente, pero la verdad es que estaba rica.

Volvimos caminando a casa, porque hacía buena temperatura y para ver la ciudad por la noche. Nos quedamos un rato en el hotel vendo películas, y luego bajamos a cenar. Como el italiano de la cena del primer día estaba cerrado, encontramos un restaurante alemán detrás del hotel, y hemos cenado bien. Uno de los platos de la cena ya lo teníamos claro desde el comienzo:

Weibwurst, las salchichas blancas cocidas, con Brenz (la famosa rosquilla) con mostaza dulce. ¡Muy rico!

No hay comentarios: